jueves, 30 de enero de 2014

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                                                      Foto. Sandra Garrido
                                                     


José Sbarra


Te informo sobre la situación en casa, por si te interesa.
La persiana de nuestro dormitorio se trabó arriba y se niega a bajar.
Las puertas del armario bostezan de noche y de día.
La parte de tu lado de la cama se muere de aburrimiento.
Una banda de polillas insensatas se comió la cortina azul.
Cuelgan de todos los cajones lenguas de trapo sedientas.
Las toallas que olvidaste en el suelo envejecieron precipitadamente.
Los lirios de plástico que habías puesto sobre el calefactor se marchitaron.
No quiero exagerar, pero alguno de los Rolling Stones humedeció
con sus lagrimas la pared donde pegaste el póster.
El cielorraso se descascara pidiendo que vuelvas.
(Y de mi corazón
mejor no hablemos)




domingo, 12 de enero de 2014

8




Sigues en mí; en el almizcle dulce-amargo, sucumbes impetuoso, detenido, en cada parpadeo. Estepario de mi vientre ligado a mi cintura; siameses del placer. En el incienso impregnado a los sudores.Vela derretida. Sinfonía del viento de las rosas. Suspiras a trémulos gemidos. En el indeleble estigma de los sueños, fresco, te dibujo en acuarela. En el agua bañada de azúcar, te bebo tímida, arrodillada a la fuente del deseo. Tatuaje coagulado, grabado a fuego en el flujo de la mente. Amamanto la noche con tu recuerdo, le ofrezco el claro-oscuro rayo guardado en mis sábanas. Traspaso la delgada línea de la realidad, haciendo perceptible el más invisible gráfico de tu sombra. Ni los dioses envidiosos sublevan mi cantar.